finca de café "Ocaso"
Maravilloso viaje a Colombia,
esta tierra mágica donde la energía de la Madre Tierra es tan fuerte.
Los colombianos de todas partes me han acompañado
con calidez, amabilidad y generosidad.
Mi viaje comienza en Bogotá con la ascensión a Montserrate
yendo al encuentro de la poderosa energía de la Virgen Negra.
Contemplación.
El arte callejero está presente en todas partes de Colombia,
colorido, conmovedor, poético,
espléndido...
En el Museo del Oro, nada parece muerto detrás de una ventana.
Todo está tan vivo, presente.
Me sumerjo en la cultura indígena.
Siento las energías de los antepasados y las energías sagradas que me enseñan.
El oro está en todas partes. En joyería, adornos, objetos rituales.
Brilla como el sol e ilumina todos los rincones del museo.
Brilla en mis ojos.
En la sala de ofrendas resuena una canción ...
la de los Mamos (Chamanes).
No puedo contener mi voz profunda y ascendente ...
Mi canción está en armonía con la de los Mamos.
¡Momento de gracia!
En Colombia, el agua está por todas partes ...
corre en los ríos, se desliza sobre las rocas,
rueda en los torrentes, se tira a las cascadas, salpica ...
antes de ir a unirme con el mar.
A lo largo del viaje
Siento fuertemente la purificación del agua.
En Salento, un paseo a caballo me lleva a una cascada
donde canto en medio del bosque, mis pies en el río, en las rocas.
Comunicación con los elementos.
Emoción intensa.
Cerca de Minca, entro en armonía con la cascada de Marinka.
Su fuerza me penetra profundamente ...
Mi canción está subiendo.
está ganando impulso.
Bizcocho ... en busca de otra cascada ...
al final de un camino me recibe una gran roca,
un río serpentea a sus pies.
Me siento en casa.
Meditación.
En Colombia, la naturaleza es exuberante
A bordo de un neumático, tranquilamente, bajo el río Palomino.
En mi camino, los árboles, los pájaros, la naturaleza benévola ...
Estoy mecido en esta agua tibia y suave
que me lleva a la energía del mar caribe
y sus tumultuosas olas.
En Tatacoa en el desierto
en medio de la noche bajo las estrellas,
canto para la Pachamama
acompañado de un ballet de luciérnagas.
Mágico !
En Aipe,
Tomo contacto con la piedra pintada (Petropglyph).
El Valle de Cocora es la única región del mundo donde crecen palmeras de cera ...
Después de meditar sobre las tumbas de los antepasados en el bosque,
encuentro con los numerosos colibríes que hay aquí.
En las murallas de Cartagena,
canto para mujeres negras de otra época
los que sufrieron la esclavitud.
Siento su dolor aquí con fuerza.
Los loros y pelícanos me acompañan en sus vuelos.
En la tierra de los Arhuacos
un sendero en Sierra Nevada ...
el poder de los árboles, la energía del bosque ... los cantos de los pájaros ...
los gritos de los monos ...
impresionantes vistas al mar ...
La Pachamama me envuelve, me nutre, me regenera ...
Momento de humildad.
Colombia es también flores misteriosas, espectaculares,
una multitud de frutas exóticas fragantes con formas a veces extrañas,
y piedras : de la esmeralda a la serpentina pasando por cristales ...
y por supuesto café!
Es una tierra de abundancia.
Agradecimiento a Colombia y a los colombianos
por todos estos momentos mágicos, inesperados, maravillosos e iniciáticos.
Aloïa 2017
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